España, junto con otros países del Sur de Europa, es uno de los países
europeos con mayor consumo de antibióticos por habitante (9).
En Atención Primaria el 22% de los pacientes son diagnosticados de una
enfermedad infecciosa, y dos terceras partes reciben tratamiento antibiótico (10).
El 90% de la prescripción de antibióticos se realiza en las consultas de
Atención Primaria (10-12) y hasta un 36% de las prescripciones
de antibióticos realizadas en AP se consideran inadecuadas (10).
La mayoría de procesos patológicos pediátricos atendidos en Atención
Primaria son de origen infeccioso y que la etiología de estos procesos es
mayoritariamente viral y no susceptible por tanto de recibir tratamiento
antibiótico (10).
Entre las causas que favorecen el exceso de la prescripción antibiótica por
parte de los pediatras y médicos de Atención Primaria se encuentra la presión
asistencial así como la presión ejercida por los padres y pacientes (11).
Los niños son el grupo de la población más expuesto a recibir múltiples
tratamientos con antibióticos. Algunas de las bacterias que causan infecciones
pediátricas se encuentran entre las más resistentes a antibióticos.
España se encuentra entre los países con mayor automedicación con
antibióticos (2)(13).
Las bacterias poseen mecanismos muy eficientes que les permiten desarrollar
resistencias a la práctica totalidad de antibióticos conocidos.
Los inhibidores de beta-lactamasas no son necesarios en todos los casos de
resistencias, producen más efectos adversos y aumentan injustificadamente el
coste del tratamiento.